El proyecto europeo Soil O-live ha completado en 2024 su primera fase de investigación sobre la salud del suelo de los olivares Mediterráneos y ha iniciado su etapa de implantación de soluciones. Además, la formación y sensibilización del sector agrario con respecto a la situación de la salud del suelo y la sostenibilidad del mismo ha sido otro de los pilares de trabajo del proyecto coordinado por la Universidad de Jaén. El proyecto Soil O-Live ha analizado más de 500 muestras de suelo de 52 fincas de España, Grecia, Portugal, Italia y Marruecos. Los primeros resultados muestran “una fotografía del suelo mejorable” en indicadores clave para su salud, sobre todo en lo que se refiere a su compactación, la acumulación de cobre, tasas de erosión, cantidad de materia orgánica, presencia de microplásticos, fertilidad y respiración del suelo, parámetro este último que aproxima la biodiversidad que contiene ese suelo. Esta evaluación se ha presentado en las 14 formaciones sobre sostenibilidad celebradas dentro del proyecto a lo largo de este año y en la Soil Mission Week que tuvo lugar en noviembre en Bruselas.
Con respecto a la formación y la sensibilización del sector agrario, la Universidad de Jaén y Deoleo Global, miembros del consorcio Soil O-Live, han trasladado a más de 300 agricultores y agricultoras la responsabilidad de implementar prácticas sostenibles en sus olivares para el cuidado del suelo y el mantenimiento de su función. Lo han hecho en las 14 formaciones anteriormente mencionadas que se han celebrado en los últimos meses en Andalucía, Extremadura y Portugal. En cada una de estas jornadas han contado con una primera parte en la que se han explicado los objetivos del proyecto, la investigación que se ha realizado y sus primeros resultados. Y una segunda, en la que Deoleo ha explicado su protocolo de sostenibilidad, destacando la importancia de la concienciación para la producción de aceites de oliva sostenibles.
También se ha iniciado ya la segunda fase del proyecto, en la que se está tratando de dar soluciones de remediación para mejorar la situación del suelo del olivar, con la utilización por ejemplo de biochar, compost o la inoculación de microorganismos como los hongos formadores de micorrizas arbusculares. Una de las actuaciones en esta línea se ha desarrollado en la finca “El Valle”, ubicada entre las localidades cordobesas de Cañete de las Torres y Baena, una de las 52 fincas experimentales en las que están trabajando los investigadores de este proyecto. En concreto, se han puesto en marcha diferentes tratamientos de enmienda orgánica y electrorremediación para estudiar su posible impacto en los indicadores de salud del suelo y también en el rendimiento de los olivos tratados. Uno de ellos ha consistido en la aplicación de biochar generado a partir del alpeorujo del olivar. Este carbón vegetal de alta calidad, elaborado por la empresa Carboliva con sede en Puente del Obispo, tiene una estructura muy porosa por lo que posee una gran capacidad para retener nutrientes hidrosolubles y agua, mejorando así las condiciones del suelo. Además se ha aplicado un inóculo microbiano, proporcionado por la empresa holandesa Reka, para conocer el efecto de los hongos formadores de micorrizas inoculados con la intención de mejorar la nutrición del cultivo.