La Consejería de Salud ha inspeccionado y controlado 2.145 establecimientos de restauración en la provincia de Jaén entre los pasados meses de enero a julio, para garantizar las condiciones higiénico-sanitarias de los servicios y alimentos ofrecidos a los clientes y comprobar si tienen implantados sistemas de autocontrol eficaces para garantizar los niveles exigidos de salubridad en sus instalaciones y de los alimentos servidos.
Los inspectores de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales han visitado durante los siete primeros meses de 2018 el 54,34% de los 3.947 negocios jiennenses censados de este tipo, lo que supone un incremento de un 1,37% con respecto al mismo período de 2017, cuando fueron 2.116, es decir, 29 menos.
La inspección se realiza en establecimientos de restauración, como bares, cafeterías y restaurantes, con carácter aleatorio o por constatarse algún tipo de posible irregularidad, si bien en las visitas se hace especial hincapié en los establecimientos donde antes se han detectado algunas deficiencias, que en la mayoría de los casos suelen tener la consideración de leves.
Un 27,5% de los establecimientos jiennenses de restauración inspeccionados han presentado tras la primera visita algún tipo de irregularidad de carácter leve, que si bien no suponen riesgo para la salud pública, conlleva un seguimiento para comprobar su subsanación. El 71,7% de ellos no tenían ningún tipo de problemas, mientra que sólo en el 0,8% se han detectado deficiencias de carácter grave, que ocasionan el inicio de expedientes sancionadores y la posible adopción de medidas cautelares.
La Consejería de Salud recuerda la importancia de extremar las precauciones en la manipulación de alimentos y en la elaboración de comidas durante el período estival, para lo que se deben cumplir recomendaciones como consumir solo alimentos que hayan sido bien tratados o manipulados, cocinarlos y consumirlos de inmediato, evitar el contacto entre la comida cruda y la elaborada, asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipularlos y de la cocina, mantenerlos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía, utilizar sólo agua potable o no consumir perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.