Mira que lo advertí. La pasada semana publiqué, aquí mismo, que tendríamos otra campaña. Acerté de pleno. Lo que no me esperaba, al igual que el resto de los españoles, es que fuera tan inmediata y sin tiempo para digerir el “empacho” del domingo.
Tras una semana, en la capital seguimos a la espera. El 17 de junio se constituyen las corporaciones locales emanadas de las urnas y Jaén Merece Más, convertida en la reina del baile, ha pedido tiempo a los pretendientes. No hay prisa, dicen. El reloj empezó a correr la misma noche del pasado domingo con los resultados recién salidos del horno.
Hay que reflexionar sobre el rumbo que tomará la incipiente formación provincial. Reconozco que no me gustaría estar en su posición. Decidan lo que decidan van a ser criticados. Estar en medio tiene sus riesgos. La cuestión es saber si darán una respuesta antes del 17 o si por tacticismo electoral esperarán y… “ya hablamos”. Mientras, quienes optan a ser alcaldes, se cruzan mensajes en el habitual “ronroneo” ante la mirada de los ciudadanos que en la situación actual somos meros espectadores. Decisiones importantes y sobre todo trascendentales para el futuro de la ciudad que esperemos no vuelvan a estar marcadas por intereses electoralistas.
Es lo que me gusta de este país: Estar en campaña electoral permanente. ¡Es tan divertido! Hasta los problemas cotidianos de la gente de a pie pasan inadvertidos. Mientras nuestros representantes pueden ir a lo suyo… Cómo me gusta una campaña electoral. Las he vivido de todos los colores. Empecé en esto cuando no había ni móviles y en la actualidad la tecnología se ha apropiado de nuestra vida. Ahora, lo que nunca me imaginé es que iba a asistir a una campaña electoral en chanclas y bañador…
Todo es posible en política. Esto es el más difícil todavía como en el circo. Los trapecistas que saltan sin red y dan un par de mortales sin apenas despeinarse. Cuarenta grados de temperatura, sin aire acondicionado, el sopor de la siesta, las cigarras cantando, el bochorno esos son los ingredientes habituales del estío. Me recuerda los clásicos viajes a la playa con el coche cargado y las ventanillas abiertas. En resumen: ¡Más madera!
Yo por si acaso voy a comprarme un nuevo modelo de bañador para lucirlo el 23J a juego con las chanclas. La toalla al hombro que no falte, no vaya a ser que a alguien se le ocurra poner una mesa electoral en una piscina para que estemos fresquitos, los electores y los integrantes de la mesa. ¡Siempre por el bien de los ciudadanos!