Más de 350 olivareros se han interesado ya en formar parte de Olivares Vivos, un proyecto europeo con el este año se ha logrado finalizar las actuaciones de restauración en los veinte olivares demostrativos en los que trabaja.
En total, desde que comenzaron dichas tareas, se han plantado más de 32.000 plantas de 61 especies diferentes, en bordes de camino, cárcavas, arroyos o linderos. A esto se ha sumado la diversificación de la cubierta vegetal con siembras de semillas autóctonas o la instalación de más de 130 cajas nido, 18 posaderos de rapaces, 37 refugios de murciélagos, 95 nidales para insectos y la creación de 10 charcas y 27 bebederos para fauna.
Probablemente, sean este retorno de especies y la mejora de la rentabilidad de las fincas que ofrece Olivares Vivos los motivos que más están influyendo en la expectación levantada en torno a este proyecto dentro del sector olivarero, según se ha indicado desde SEO/BirdLife.
Las acciones desarrolladas han contribuido a recuperar la fauna y la flora que se ha ido perdiendo en el olivar durante las últimas décadas. Una biodiversidad que está volviendo a medirse desde abril y que continuará cuantificándose hasta los primeros meses de 2020, con el objetivo de compararla con la que ya fue ponderada al inicio del proyecto. Esta evaluación servirá para conocer la efectividad de las medidas de restauración realizadas y para establecer el reglamento de la marca de garantía Olivares Vivos.
Además, tanto estas mediciones como todos los trabajos que se han hecho hasta ahora y el contacto con el sector olivarero han servido para elaborar un primer avance de recomendaciones, que fueron trasladas a Bruselas y al Ministerio de Agricultura, para que fuesen tenidas en cuenta en la discusión que se está realizando de la reforma de la Política Agrícola Comunitaria, ya que en ella, y tal y como afirma Olivares Vivos, deberían incorporarse los beneficios ambientales, sociales y económicos que generan modelos de agricultura como los que propone este Life.
Aunque hay que esperar para tener resultados finales, todo indica que los nidales, las charcas, los muretes, las cajas para murciélagos o los 'hoteles de insectos' están recuperando la biodiversidad de los olivares. "Si el año pasado realizamos una crianza campestre de lechuzas en un antiguo pajar anexo al cortijo de la finca Cortijo de Guadiana, este verano hemos podido comprobar que ya estaba siendo utilizado para criar por una de las parejas formadas.
De hecho, se contaron hasta cinco pollos de lechuzas en dos puestas diferentes. Un hito muy importante para este proyecto, que demuestra que las acciones realizadas para restaurar el ecosistema dan sus frutos y permiten que las especies regresen al olivar", ha destacado José Eugenio Gutiérrez, responsable del proyecto Life Olivares Vivos y delegado de SEO/BirdLife en Andalucía.