La Fundación Ageing Lab, a través de su Comité de Ética Social, ha lanzado un manifiesto ante el impacto inaceptable e inasumible producido por la COVID-19 en las personas mayores. Este comunicado recoge además un decálogo con 10 puntos necesarios para el adecuado funcionamiento del sector sociosanitario.
Los poderes públicos, tal y como recoge la Constitución, deberán promover el bienestar de las personas mayores mediante un sistema de servicios sociales que atienda sus problemas de salud, vivienda, cultura y ocio.
La grave crisis del sistema actual de cuidados de larga duración, basado exclusivamente en un enfoque asistencialista y proteccionista, ha quedado refrendado en los momentos más duros del estado de alarma, donde las personas mayores han sido excluidas de la atención sanitaria.
El manifiesto también agradece la labor desempeñada por las y los profesionales sanitarios y sociosanitarios que, en muchas ocasiones, han realizado un esfuerzo que ha excedido sus propias funciones a pesar de las carencias que han sufrido.
En este sentido, el decálogo se centra en la atención a las personas mayores, poniendo en primer plano la dignidad de la persona, así como la responsabilidad bioética de los poderes públicos hacia un nuevo modelo de prestación del Servicio de Ayuda a Domicilio que permita una humanización adecuada del cuidado y revalorice la labor de las auxiliares.
También pone el foco en la evolución del modelo de atención residencial que no discrimine por edad y donde el personal disponga del equipamiento y cualificación necesarios. Además, se reivindican protocolos unificados y criterios de actuación estandarizados desde la igualdad y se propone la coordinación entre los servicios sanitarios y los sociosanitarios y la creación de una nueva Ley Integral para las Personas Mayores.