La Fundación Caja Rural de Jaén y la Federación Alzheimer Jaén han presentado las líneas fundamentales de un proyecto pionero en el territorio jiennense. Una iniciativa en la que concurren doce asociaciones de Alzheimer de la provincia, con especial incidencia en el ámbito rural, para impulsar terapias no farmacológicas en la atención a personas que padecen esta enfermedad y demencias afines.
Este programa, a través del que se atiende a cerca de 500 personas, pretende “aprovechar sinergias entre las entidades participantes para tener mucho más impacto entre la población afectada. Es un proyecto muy potente a nivel socia, al que vamos a destinar una inversión de 52.000 euros”, ha destacado el gerente de la Fundación Caja Rural de Jaén, Luis Jesús García-Lomas, durante el acto de presentación, en el que ha estado acompañado por la presidenta de la Federación Alzheimer Jaén, Ángela García, y el presidente de la Fundación, Patricio Lupiáñez, así como por representantes de las distintas asociaciones participantes en el proyecto.
El Alzheimer constituye la primera causa de demencia, afectando a la memoria, el pensamiento, la emotividad y el comportamiento. Una prevalencia que se incrementa en el caso de las mujeres para casi todos los grupos de edad. En la atención a pacientes “está demostrada la eficacia de terapias no farmacológicas, principalmente en fases tempranas de la enfermedad, con las que se pretende preservar el mayor tiempo posible las habilidades de la persona que padece Alzheimer”, ha enfatizado Ángela García.
La presidenta de la Federación Azheimer Jaén ha agradecido el respaldo de la Fundación Caja Rural de Jaén. “Detrás de ese apoyo hay puestos de trabajo y atención directa a personas vulnerables. Son muchos años contando con su apoyo a las distintas asociaciones”, ha valorado Ángela García.
La estimulación cognitiva es un tratamiento no farmacológico cuya eficacia está demostrada para ralentizar el deterioro de las funciones cognitivas asociadas a las demencias. Las actividades de estas terapias, que se desarrollan tanto en formatos digitales como tradicionales, actúan como un protector que mantiene y puede mejorar la capacidad del cerebro para soportar los efectos derivados de la demencia.