La restauración del Camarín del Santuario de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo, en la que colabora la Fundación Caja Rural de Jaén, ha concluido su primera fase de ejecución. Una primera etapa en la que se han llevado a cabo tareas de reparación en la pintura del fresco de San Sebastián, ubicado en uno de los lunetos del camarín, cuyo estado hacia necesaria una intervención de urgencia.
El camarín, de estilo barroco, presentaba una capa de polvo y suciedad, así como un mal estado de la policromía debido a la oxidación de la capa de protección. Un deterioro al que se unían grietas, fisuras, decoloraciones, arañazos y grandes pérdidas de la policromía a causa de la filtración de la cubierta.
La restauradora encargada del desarrollo de las labores de reparación ha sido Teresa López Obregón. Durante esta primera fase de los trabajos se han eliminado el polvo y algunos elementos que permanecía clavados en la pintura mural. Tareas que han continuado con el sellado de grietas, la consolidación de oquedades y la reposición de mortero en pequeñas lagunas.
Posteriormente, se ha procedido a la consolidación de la capa pictórica y la limpieza de humos y grasas para conseguir la reintegración cromática de la pintura mural, antes de aplicar una capa de protección final. “El deterioro parece provenir del envejecimiento natural de los materiales y por las filtraciones de agua de lluvia desde la cubierta”, explica la restauradora encargada de ejecutar esta primera fase de la restauración.
El Santuario de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo está integrado en una antigua fortaleza medieval que data de los siglos XIII al XV, de la que aún se conservan dos torres defensivas. El tempo es de planta rectangular dividida en tres naves separadas por arcos formeros apuntados. El camarín es un espacio de planta cuadrada que fue construido adhiriéndose al muro este de la torre defensiva. En su interior se venera la imagen de la Virgen de la Fuensanta, cuya devoción ya se referenciaba en la época de Alfonso X El Sabio.