El equipo canino de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio especializado en la detección de cebos y cadáveres envenenados ha realizado desde su creación en 2004 un total de 3.436 inspecciones en cotos de caza y explotaciones ganaderas, en el marco de la Estrategia Andaluza contra el Veneno (EAV). A esta cifra hay que sumar otras 13 llevadas a cabo en otras comunidades autónomas como Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha, con las que la Junta colabora también en la lucha contra esta práctica ilegal en el medio natural.
Además, de las 3.436 inspecciones realizadas desde 2004 hasta 2017, año en el que se registraron 170 actuaciones de este tipo, 2.286 fueron de carácter urgente tras la localización de algún supuesto cebo o cadáver envenenado y 1.150 preventivas en las zonas acotadas con historial delictivo por este tipo casos o en áreas de distribución de especies amenazadas. Por provincias, destaca Jaén con 557 controles, seguida de Granada (544), Sevilla (521), Córdoba (428), Málaga (382), Almería (362), Cádiz (356) y Huelva (315).
En la realización de estas inspecciones han participado agentes de Medio Ambiente del Equipo de Investigación de Veneno y Artes Ilegales, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y técnicos especializados de la consejería en esta materia.
El uso del veneno es una de las principales causas de mortandad para la fauna andaluza, especialmente para diversas especies protegidas y amenazadas como el águila imperial ibérica y el quebrantahuesos. También supone un grave riesgo incluso para la salud pública, ya que los perros han llegado a detectar cebos, hechos de trozos de alimentos, con altas dosis de veneno que le convertían en letales para los humanos.