Los ganaderos de ovino caprino en extensivo vuelven a sufrir ataques de perros en sus explotaciones; un problema que, lejos de solucionarse, se está agravando, puesto que cada día son más los ganaderos que lo sufren.
En lo que llevamos de año 2018, son ya más de 500 ovejas las que han perdido a causa de estos ataques en la provincia. Los ganaderos se sienten, además, desprotegidos y perseguidos por los agentes del SEPRONA. Y es que no entienden cómo ellos tienen que cumplir estrictamente con la normativa vigente –algo con lo que se muestran totalmente de acuerdo, por lo que la acatan-, y hayan estado siendo multados por tener algún perro sin identificar (en varios casos cachorros con apenas seis meses, sobre todo en Santiago-Pontones) mientras se siguen encontrando problemas por ataques generados en su mayoría por perros con dueño, pero sin identificar
Los ganaderos recalcan que precisan de perros para poder desarrollar su actividad, pero los perros que atacan al ganado son de compañía o de caza. Por ello, se quejan de que son un colectivo perseguido y se encuentran desprotegidos. Lamentan, además, los ataques que “ha sufrido nuestro sector con numerosos robos de ganado, mientras que las investigaciones siguen sin aportar resultado alguno”.