Hay quien opina que sí, y además hay estudios médicos, sociológicos y estadísticos al respecto. Se da por hecho que cuando los días se empiezan a acortar, es decir en este momento exactamente del mes de septiembre, aparece lo que se ha dado en llamar la "tristeza invernal", y esto trae cambios de humor, decaimiento... Coincide con el final de vacaciones, también es cierto, y su contrapartida está en la primavera, en la que parece que más luz trae también más alegría, tendemos a sentirnos mejor. Nuestro compañero Nono Vázquez ha dialogado de este tema con psicólogo José María Molina.